This house is a trick (2016)

El poeta italiano Arturo Graf (1848-1913), escribió que «las grandes elevaciones del alma no son posibles sino en la soledad y en el silencio». MarínGuevara (Murcia, 1979) presenta un proyecto específico en la primera edición del festival de arte Muestra Activa, que organiza el Ayuntamiento de Blanca, en el antiguo almacén de frutas Idol. El autor trae a este municipio del Valle de Ricote This House is a trick, un complementario art-format basado en una «oda al silencio», según explica el propio artista, y en el que vuelve a fusionar, en un mismo espacio, variadas disciplinas artísticas, en consonancia con las actuales industrias creativas.

MarínGuevara aplica un desdoblamiento ejecutor en el momento de pensar en la instalación que ha creado ex profeso para esta acción. Cuenta la escenografía con un cuadro, Hermana dormida nº3, en técnica mixta (acrílico, tinta y grafito) sobre lienzo; con un vídeo-arte de cinco minutos y veintidós segundos con la imagen duplicada del único protagonista, indefendo y abstraído en una soledad primigenia. El vídeo contiene el sonido ralentizado de un tema musical del cantante y guitarrista británico Richard Hawley, Who´s gonna shoe your pretty little feet?, del álbum Coles Corner, editado en 2005. Continua este trabajo con la libre elaboración de un tipi (teppee o teepee), tienda cónica fabricada antaño por miembros de las tribus nativas de Norteamérica con pieles de animales (bisonte, sobre todo) que ahora el artista cambia por loneta manipulada; y entonces toda la instalación, incluida la vivienda indígena, invita a estar en silencio, a meditar, a estar con uno mismo, a aislarse de la muchedumbre, a pensar espiritualmente y sin falsos misticismos…

Los límites «oficiales» del arte queda desfigurados, porque la imaginación de MarínGuevara trasciende y juega deliberadamente a un interesante escapismo, a un arte de evasión, donde inventa lo que no necesita decir con palabras…y esta instalación también incluye la presencia de siete elementos de madera pintados, apoyados en la pared, a modo de flechas o varas, que simbolizan los siete chakras o centros de energía del cuerpo humano, según el gnosticismo y la teosofía. El arte que ofrece MarínGuevara se adapta a un modo de vida definido y es una herramienta de extrema configuración analítica que el autor concibe desacomplejada, al igual que las imágenes de «pausa», creadas por el fotógrafo Noé Sendas (Bruselas, 1972), quedándonos atrapados «cómodamente en el silencio que genera incertidumbre». Esta acción-obra, en su conjunto, supone una sofisticada maniobra de refugio y liberación, con capacidad de plantear preguntas y ensayar respuestas, ¿o resulta todo un truco de la mente…?

 

Pedro López Morales

Crítico de arte y gestor cultural